martes, 12 de mayo de 2015

Cuatro argumentos de los de arriba para engañar a los de abajo

Es evidente que en las sociedades en las que vivimos existen muchos casos de dominación estructural (no individual), y sin embargo los dominados no parecen resistirse a ella, e incluso la aceptan. ¿Cómo es esto posible? 

Sin duda existen muchas causas que explican esta situación, muchas tácticas ideológicas que son dignas de estudio y análisis. Pero aquí me limitaré a explicar cuatro argumentos que los dominantes utilizan para engañar y frustrar a los dominados y que estoy seguro que al lector le resultarán familiares.



1- El argumento de la naturaleza humana

Cuando uno se encuentra con una situación que considera injusta lo primero que se plantea es cómo cambiarla. Si podemos cambiar una situación social es que esta es una mera construcción social, esto es, algo que igual que se construyó puede destruirse. Quienes dominan (en el ámbito que sea) saben muy bien que esto es así, y por eso utilizan siempre el argumento de la naturaleza humana.

El argumento de la naturaleza humana consiste en lo que Bourdieu llama biologización de las cosas. La biologización consiste en convertir algo social (el machismo, por ejemplo) en algo biológico. Y si algo es biológico no podemos cambiarlo, y por tanto nos tenemos que aguantar. Bourdieu explica que esto se utiliza en gran medida en lo referente a la dominación masculina ("el hombre es superior por naturaleza", "las mujeres se ocupan de los niños porque tienen un vínculo natural", "esto ocurre en todo el mundo animal, es algo biológico" etc.). 

Por supuesto, este también es el argumento estrella para la dominación económica. La hegemonía del capitalismo vino acompañada de un discurso sobre la naturaleza humana que ha calado muy bien en la sociedad y que viene a decir que somos todos malos, individualistas y egoístas por naturaleza. Sin la aceptación de este discurso el capitalismo difícilmente podría sobrevivir, y menos en su fase actual. 

2- El argumento del "así son las cosas"

Otro argumento muy común es el que se basa en decir que la realidad es como es y que no podemos cambiarla. "Así son las cosas, qué vamos a hacerle". En apariencia es un argumento de corte realista, pero creo que el realismo es un paradigma mucho más serio y que no pretende tanto justificar el orden vigente sino estudiarlo.

Evidentemente este argumento es absurdo: decir que las cosas son así no justifica nada, es una simple descripción de la realidad. Imaginen cómo estaría la humanidad si a los esclavos que se rebelaron contra sus amos hubieran aceptado que "así son las cosas".

Contentarse con decir que "así son las cosas" revela una visión dogmática e idealista de la realidad. En efecto, quienes esgrimen este argumento consideran que el hecho de que las cosas sean de determinada forma en determinado momento dan por hecho que el ser humano no cambia ni evoluciona en ningún sentido. Creen, por ejemplo, que que el hombre sea individualista es algo "que es así, es intrinseco", mientras que dicho individualismo es premiado en nuestras sociedades pero fue duramente condenado en otras.

3- El argumento del "siempre fue así"

En tercer lugar tenemos el clásico "siempre fue así". De nuevo, al igual que con el "así son las cosas" se busca establecer la imposibilidad del cambio y la impotencia de quienes pretendan llevarlo a cabo. Es un argumento más peligroso que otros porque no justifica el orden vigente, sino que impide cambiarlo por otro porque "pese a ser malo, siempre fue así". No se nos dice que el orden esté bien, sino que por muy mal que esté por desgracia "siempre fue así". Por ello es más dificil luchar contra este discurso que contra el discurso dominante explícito.

A menudo este argumento se entremezcla con el de la naturaleza humana dando una visión histórica de la dominación, una visión que viene a decirnos que las cosas siempre fueron de determinado modo y que por tanto se sobreentiende que siempre será así. Tenemos ejemplos tanto en la dominación económica ("bueno, siempre hubo pobres y ricos...") como en la dominación masculina ("el hombre siempre mandó sobre la mujer, incluso desde la prehistoria..."), y por supuesto en el resto de dominaciones que podamos encontrar en la sociedad.

4- El argumento de la equiparación

Este último argumento no busca tanto defender una situación de privilegio o dominación, sino desacreditar o satanizar a las víctimas. El argumento viene a decir fundamentalmente lo siguiente: "vale que los dominantes son malos, pero los dominados también lo son". Por lo tanto no tiene sentido cambiar las cosas, porque al hacerlo estaríamos construyendo algo igual de malo que contra lo que luchamos, y por ello es mejor quedarnos como estamos.

Es un argumento que se utiliza mucho en el terreno de la dominación masculina, por ejemplo cuando se dice "vale que el machismo es malo, pero el feminismo también lo es" o incluso "vale que hay hombres maltratadores, pero mirad, también hay mujeres maltratadoras". Esta visión de las cosas se permite coger pequeños casos particulares (la mujer que maltrata al hombre, incluso la que viola,  la mujer que tiene algún privilegio, el negro que a su vez es racista con los blancos, el comunismo que en el fondo tiene lo malo del capitalismo etc.) y convertirlos en casos generales equiparables a la norma. Esto para quien tenga dos dedos de frente es absurdo, pero aún así es un argumento con bastante éxito.

En España también vemos este argumento con la corrupción cuando nos dicen que en el fondo todos los políticos son iguales, todos roban, todos son corruptos. Evidentemente este argumento viene casualmente de aquellos que no tienen problemas para votar a partidos abiertamente corruptos.

7 comentarios:

  1. Estos cuatro argumentos están,por otra parte ,la capacidad critica de las personas tiene k predominar sobre ese formulismo trasnochado ¡¡¡

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  2. Por esa razón ,necesitamos tener una buena información y difusión de esta , para DESPERTAR TANTA MENTE ANESTESIADA POR EL PODER FACTICO ¡¡¡

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  3. No sé quién es más tonto: el que usa esos argumentos o el que escribe un artículo entero para "desmontarlos". Me decanto por el segundo porque ni siquiera los desmonta.

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    1. Gracias por tu aportación, Marco. Saludos.

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    2. No desmontar argumentos, no es ser tonto, es dar la oportunidad de verlos, ser uno el crítico de ellos. Los insultos son siempre gratuitos y vacíos de argumento, con lo que la inteligencia mejor utilizarla en rebatir, si es lo que se busca, o encontrar otras argumentaciones.
      A mí me parecen inteligentes, cada vez que escucho, por ejemplo "es lo que hay" no me quedo conforme, pregunto por qué, quién lo dice, acaso no puede haber nada más... Dependiendo el tema, rebato con otras posibles alternativas.
      Gracias

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  4. Muy buenos los argumentos,de hecho,el de la equiparación queda perfectamente demostrado en el comentario de Marco,jajaja

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  5. Marco fascista cabron no desacredites a mis camaradas

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