martes, 14 de octubre de 2014

El clasismo de la izquierda


La cultura estaba en el bando republicano

no habría canis ni chonis de haber ganado
Pablo Hasel, rapero comunista

La izquierda, especialmente la izquierda llamada radical o transformadora, lleva siglos denunciando el clasismo. Son muchas luchas, muchas denuncias, muchos panfletos atacando el desprecio de las clases altas hacia las clases bajas con todo lo que ello supone.

Y sin embargo, aunque parezca imposible, existe clasismo en la izquierda. Sí, sí, no me he confundido con la palabra: he dicho clasismo. Y no me refiero al hecho de ver la sociedad como un conjunto de clases, sino al desprecio abierto y sin complejos hacia las clases bajas. Por supuesto, y antes de que se me lancen al cuello, quiero recalcar que este clasismo no es algo generalizado, ni mucho menos.


¿Cómo pudo esto pasar? Bueno, mi hipótesis es que esto se debe fundamentalmente a que los intelectuales de izquierdas (entendiendo intelectuales como gente que reflexiona y se interesa en profundidad sobre política) provienen de las clases medias. Suelen ser hijos de padres y madres con profesiones liberales, o si no lo son al menos sí han tenido la oportunidad de acudir a la universidad. Existen, como en todo lo que se refiere a la sociología, excepciones que no invalidan la tesis general.

¿Quién, dentro de un círculo de izquierdas, no ha oído hablar con desprecio de 'canis y chonis'? Mucha gente les consideraba lumpenproletarios hasta que leyeron la magnífica obra Chavs, que tuvo que ser escrita por un inglés. Y a muchos nos cambió la forma de ver las cosas.

Recuerdo que yo mismo difundí un cartel que podía verse por las redes sociales entre los círculos de izquierdas. Si no me equivoco pertenece Cerebros Facturados, una organización que lucha especialmente por la educación pública y por los jóvenes precarios y aquellos que tienen que emigrar. Pues bien, esta organización supuestamente progresista decía alto y claro lo preocupante que es que la clase media universitaria tenga que irse mientras que la basura cani se queda y se toca los huevos. El lema fue sencillo: "Ellos se quedan. Ellos se van". Ni la derecha más rancia habría creado un cartel tan clasista. Ni la mismísima Margaret Thatcher.
El clasismo de izquierdas se manifiesta sobretodo en lo intelectual. La izquierda de la clase media (y a la que vota principalmente la clase media, claro) es superior intelectualmente. Lee mucho. Lee cosas complicadas y se vanagloria de ello. Muchas veces lee cosas que ni siquiera son necesarias para entender el mundo en que vivimos, pero que como son 'clásicos' hay que leerse. Recuerdo que me leí El Estado y la revolución (Lenin) casi obligado moralmente y la primera vez no entendí una mierda, pero aún así me sentí contento por leérmelo.

Esta izquierda no ve programas de telebasura, sólo ve La Tuerka, Fort Apache y alguna peli de Woody Allen. Y Novecento, claro. Que tampoco es tan buena, pero hay que decir siempre que es una obra de arte y que te encantó. Y también que te divertiste viendo La Chinoise y que leerse Materialismo y empiriocriticismo fue un fiestón. Debates como los de laSexta Noche le parecen para imbéciles (la televisión en general les parece de tontos) y no comprenden como líderes de izquierdas pueden venderse acudiendo a ellos.

Estos sectores elitistas de la izquierda desprecian, por supuesto, el bakalao y el reggaeton. Es música de catetos y pobres. Ellos escuchan cosas más... más de gente culta, no sé. Led Zeppelin, Paco Ibañez, Sabina,  alguna de Los Chikos del Maíz, más rock de los 70. La verdad es que no conozco muchos grupos que les gusten a los clasistas de izquierdas, pero creo que la idea se entiende.

El intelectual de izquierdas no ve fútbol, por supuesto. Eso es para tontos, es el opio de las masas y si el pueblo no toma conciencia de clase es en parte por culpa de este dichoso deporte. Por supuesto, fútbol y política popular no casan: o te interesas por una o te interesas por otra. ¿Que qué es la democracia corinthiana? Ni puta idea.

Otro aspecto en el que se manifiesta esta supuesta superioridad intelectual es en el nivel educativo. La izquierda sabe inglés, algo de francés, un par de palabras en alemán y alguna en ruso para hacer la gracia. El pueblo llano, "los férreos batallones del proletariado" que diría Gramsci, no sabe más que español. Pero claro, eso a la clase media ilustrada le parece ridículo. Vimos una tremenda manifestación de ello (nunca denunciada) en la campaña contra Ana Botella. Nuestra alcaldesa fue a promocionar la candidatura madrileña a los Juegos Olímpicos e hizo un ridículo total al hablar inglés. En seguida toda la izquierda con estudios superiores (que es la que está en Twitter) se lanzó a la burla. Las clases bajas no pudieron reirse porque ellos habrían hablado aún peor. No por nada, sino porque el inglés apenas lo aprendieron en el instituto y de todos modos no lo necesitan para los trabajos que desempeñarán de mayores. No parece que nadie en la izquierda se diera cuenta de esto. Todo ello sin perjuicio de que sea necesario para un cargo público que vaya a tener relaciones internacionales conocer el inglés, claro. Pero una cosa es reclamarle a un cargo público ciertas cualidades y otra reírse de alguien por no saber inglés o por pronunciarlo mal.

En fin, por suerte en la izquierda española estos clasistas no son mayoría.

24 comentarios:

  1. Admiro a todo aquel que desprecie públicamente basura intoxicadora como la sexta noche y desprecio profundamente a todo el que diga que programas como ese contribuyan a fomentar ningún tipo de interés politico a nadie, es un circo de politiquería, no una tertulia política, es bazofia venenosa de pura ideología como todo lo que se emite en esa cadena. Negarlo es tomarle el pelo a la gente. Decir alto y claro que programas como ese son la mierda no es clasismo, es la puta realidad.

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    1. Si, totalmente deacuerdo, viva telecinco y viva españa!! Maldita clase media y baja...a que mala hora aprendieron a escribir y a leer, y el colmo de los colmos... tienen tv y radio !! El mundo se desmorona !!! existiendo cuatro y la sexta esto se acelera... Ya me lo dijo mi papi...

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  2. No estoy para nada de acuerdo con lo que dice el artículo. Creo que mezcla el elitismo ridículo que existe en algunos sectores de la izquierda y otra tolerar y aplaudir la incultura. En el primer meme al que hace referencia el artículo lo único que se ridiculiza es la incultura soberbia, no hay clasismo en el, hay simplemente desprecio hacia aquellos que se enorgullecen de su ignorancia y no le ponen remedio. Decir que las chonis y los canis son clase obrera es un insulto a la clase trabajadora, la mayoría de las limpiadoras, de los barrenderos, de los peones de labañil y de los currelas de las fábricas son gente humilde que quiere salir adelante y que quiere que sus hijos estudien y tengan la cultura que ellos no pudieron tener. Mención aparte son esos chavales y chavalas que han abandonado el instituto y cuya máxima aspiración en la vida es tener un coche tuneado o unas tetas de silicona

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    1. Si opináis eso es que poco os habéis acercado a una obra, u os habéis fijado en un barrendero, un camarero, o una peluquera, pues veréis que muchos son de esos que vosotros llamáis chonis y canis, y que no son mas que parte de la clase obrera más joven.

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    2. Totalmente de acuerdo contigo. Artículo desacertado.
      Yo soy de izquierdas, de una familia humilde y no he ido a la universidad, y curiosamente si hablo inglés, y portugués, porque de jovencita tuvimos que emigrar a Portugal, a trabajar.
      Soy una obrera, y orgullosa de serlo.
      MrPabesap, toda la razón tienes.
      No podría estar mas

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    3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    4. Yo "no me he acercado a una obra", yo vivo entre gente que son camareros, peluqueros, albañiles, y decir que la mayoría son "chonis" o "canis" sin interés en la cultura, eso sí es un puro clasismo cargado de paternalismo ("como sois tontitos, voy a dedicarme a hacer la caridad de protegeros de la ignorancia que representáis, aunque sea un PUTO disparate lo que estoy diciendo").

      He visto más inquietudes intelectuales, mayor aplicación de un discurso lógico, o dominio de la política, en mucha gente que sirve copas que en algún ingeniero por ahí suelto.

      Me parece más preocupante esta complacencia barata de la clase media, estigmatizando a la clase obrera de "paleta" sin serlo, y ese paternalismo protector para con los "chonis y canis" (que a ver si nos enteramos de una puta vez, unos cuantos de ésos también son de clase media e incluso media-alta, sólo que en vez de irse al parque a beber birra con los colegas, se van a Vaqueira Beret a esquiar con los amiguetes, pero son igual de ignorantes y orgullosos que los "canis/chonis" clásicos).

      He visto más ignorancia concentrada en algún "clase media" que en los públicamente acusados de ignorantes canis y chonis. Lo que está claro es que no hay que defender al "orgullo de la ignorancia", porque es lo que más desea que exista, precisamente la derecha. Un pueblo ignorante y satisfecho en sus limitaciones autoimpuestas.

      Pero en ese pelotón no están sólo los canis ni las chonis. Y lo repito, la mayoría de jóvenes de "clase obrera" no son ni canis ni chonis, ni los jóvenes que trabajan en trabajos como los mencionados, son en su inmensa mayoría, esos ignorantes que desde comentarios como el de Pabesap defienden.

      PD: Por cierto, y respecto al dominio de idiomas, la "risa" provocada por el mal dominio del inglés de Doña Ana Botella no vino sólo de esa supuesta clase intelectual de izquierdas, vino también de esas clases a los que se les trata de tontitos.

      Pero mira por dónde, alguno sabe más inglés que algún intelectual de izquierdas (el dominio de inglés de Pablo Iglesias es muy justito, y no lo digo como crítica sino como ejemplo apropiado), y oh milagro, saben usar internet y las RRSS.

      ¡Pero qué cosas!

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  3. En el 2000 deje de fumar, es perjucicial para mi salud corporal, y de ver la TV, es malisimo para mi salud intelectual y espiritual. Desde temprana edad fue del Barsa, hace un tiempo que mi afición por el futbol desaparecio como por encanto, creo que debido a las extravagancias monetarias del tal actividad,. Soy hijo de campesinos pobres, padre semianalfabeto, madre analfabeta, estudie tarde, pero estudie, hablo varios idiomas y, por suerte, he leido a los clásicos, del marxismo y otros. La nueva Tuerka no me gusta, es TV, y Fort Apache es cada vez peor.

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  4. También yo creo que el artículo es totalmente erróneo. No confundamos, amigo, el elitismo izquierdista de intelectual de salón, copa y sofa, con el desprecio hacia el analfabetismo. El problema no está en la música que escuche cada cual, sino en su conciencia política. Tildar de acto clasista, derechista y rancio el desprecio de un grupo de canis me parece equivocado; no se desprecia la clase social de uno, sino el ensalzamiento de la incultura que se abre cada vez más hueco y parece reinante en nuestra sociedad actual. Como diría Bertolt Brecht, es un desprecio hacia el analfabeto político. Un grupo social sin conciencia de clase es un grupo social moldeable y susceptible de ser utilizado a favor de la burguesía, vulnerable a la manipulación, al engaño y al conformismo de aquel que no conoce las herramientas del cambio y por lo tanto acepta la injusticia y la violencia que las clases dominantes ejercen sobre él como su pan de cada día, como lo establecido e inquebrantable. Citando al ya nombrado: "El peor analfabeto es el analfabeto político
    No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
    No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.
    El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.
    No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."

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  5. Buenas tardes,

    muy interesante lectura, es algo que siempre he pensado pero no he sabido expresar, lo he compartido en el foro "Media Vida", he hecho un copypaste integral, y he añadido la fuente. ¡Espero que no te importe! Si quieres paso el enlace.

    Muchas gracias por tu tiempo y por tu trabajo, un saludo.


    PD: igual te interesa saber, que Julio Anguita ha compartido esta entrada en su Facebook (yo lo he encontrado por esa vía).

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  6. Creo que todo el mundo simplifica cuando habla de ciertas cosas. Me considero sólo en parte dentro de esa caricatura que usted ha formado. Lo primero es que vengo de clase baja, de clase MUY baja, mi padre era un proletario de fábrica que nunca ha tenido dinero para darme más cultura que la que buenamente ha podido. En mi caso, vigilar porque reciba educación pública y animarme a leer y a culturizarme. Lo segundo, aun siendo de orígen muy bajo, no me considero un victimista. Beber como un cosaco, pegar a tu novia o juntarte en una banda de latins a matar a navajazos no forman parte de la clase baja, ni de la muy baja como en mi caso. Por otra parte también, además de ser un clase baja, soy como soy y tengo mi personalidad y mi inteligencia. Vale, soy un snob, me gustan los clásicos, Joaquín Sabina y Paco Ibáñez, me gustan porque en vez de hacer el capullo como mis compañeros de clase, tendí a la excelencia, me junté con cierta gente, y me curré los examenes de lengua, para entender pragmáticamente un libro de Passolini o Saramago o una canción de Ibáñez. Es cierto, que los "intelectuales" podemos pecar de un odio algo insano, también es cierto que los "intelectuales" (usted parece serlo) que critican estas cosas, pueden ser más dañinos aún. Inconscientemente me está diciendo que por mi orígen humilde, tengo que ver a Belen Esteban, no puedo partirme la cajita con inglés de Ana Mato, y tengo que aceptar que los de mi clase "putrefacta", entren en una profecía autocumplida que les aleje de la igualdad y de todos los objetivos de la izquierda.

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  7. Una cosa es que el poderoso tenga más la sartén por el mango, y otra cosa es creerse inferior. El clasismo hacia la pobreza es una realidad y el punto geométrico de toda discriminación, ahora, una cosa es contribuir a perpetuarla y otra cosa es contribuir a deshacer el tópico universal pobreza-mierda.

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  8. No puedo estar de acuerdo con este artículo, pero sí que me parece interesante que ahora nos vendan a los "canis" y "chonis" como víctimas del sistema, cuando son ellos los que volatilizan a la clase obrera, es muy fácil decir que la persona es lo que es por su condicionamiento, por supuesto que somos lo que somos en base a nuestro entorno, pero no es esto el único componente. Actitud, voluntad, son las bases fundamentales de nuestro ser, somos lo que creemos que debemos ser, y hasta Belén Esteban, la princesa cani cocainómana, tiene de eso, ella no es como es porque así ha querido su entorno, nuestro condicionamiento tiene un límite, y es hasta donde queremos decir basta.
    Si realmente el condicionamiento del entorno fuese tan brutal y determinante para la formación de esta degeneración del ser humano aún seguiríamos siendo esclavos, y es que es la voluntad del individuo, la necesidad de cambio, el inconformismo innato, el que nos hace cambiar. Por tanto puedo admitir que ciertos sectores de la izquierda discriminamos en cierta desmedida a este lastre de la sociedad que ve "Gran Hermano, Sálvame, Mujeres y Hombres y Viceversa" o demás mierda creada para pudrir el cerebro de las clases populares, pero es que no existe voluntad de cambio por parte de estos energúmenos, y a estos no los vamos a curar ya con un libro, porque han perdido esa sed de justicia social que la izquierda tenemos obligación de dar a las siguientes generaciones, para eliminar este tipo de personas de nuestra sociedad (que nadie se alerte que no hablo de matar a nadie), y asegurándonos que las futuras generaciones serán ambiciosas y cultas, porque es el libro el instrumento más fuerte de la revolución.

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  9. El racismo de la inteligencia es atroz, no ve limites, restricciones o cautelas (y sino relean atentamente la mayoría de los comentarios). Fundado en una meritocracia que se considera como mezcla de dones y capacidades personales (elementos aristocráticos) junto con porciones de vocación, dedicación y trabajo (ascetismo típicamente pequeño-burgués), es capaz de que alguien se considere con el derecho (y hasta el deber) de establecer juicios sumarios y nominalistas sobre otras personas, bien por gastos y gustos (tunear un coche) o por su pechos (operárselos). Reduciendo de este modo toda la complejidad y el conjunto de relaciones y prácticas que se llevan a cabo habitualmente (por los "otros", de clases inferiores) a un patrón de medida, que por supuesto les favorece a ellxs. Ya que el "saber" que puedan poseer los inferiores (construir una casa, vendimiar, podar, hacer un mueble, limpiar, etc.,) no es valorado nunca socialmente como un saber, para estos burgueses medianos y pretenciosos todo lo que no sea intelectual no existe, ni merece ser (mencionado). Este elemento de "universalización de unos particularismos" es sin duda uno de los elementos principales y más preciados e inestimables que las clases dominadas económicamente pero dominantes culturalmente aportan a la "división del trabajo de dominación", al proceso global de dominación social, y en concreto, a las clases dominantes económicamente pero algo más dominadas culturalmente (un elemento de legitimación del orden social que estas últimas no podrían fabricar por sí mismas).
    A mí me parece que el artículo da completamente en el clavo, por más que sea algo reducido y breve, lo que le lleva a realizar una pequeña caricaturización del fenómeno, el cual ahí es considerado como minoritario, y sin embargo yo tendería a verlo como mayoritario (hablo por impresiones, no por comprobaciones, aunque el artículo y los comentarios creo que hablan también desde una aproximación impresionista como la mía).
    Pero es que el artículo mezcla dos cosas que tienden a ser muy "explosivas", el desprecio de clase y el posicionamiento político de izquierdas, con ello, al hacerlo, uno tiende a quedarse casi sin "receptores potenciales" (si alguien se cree que de forma mayoritaria las camareras, albañiles, jornaleras, demás peones, etc., van a leer foro -u otros parecidos- es que vive en una realidad paralela y mitológica, de la cual va a ser muy difícil hacerle bajar). Para la producción y comprensión de este determinado mensaje es un problema la perdida de estos "receptores potenciales" (producto de su posición "en el juego"), de estos dominantes-dominados y dominados-dominantes estructurales, fervientes de realizar la crítica social (pero no de recibirla, y mucho menos en términos estructurales o de clase, sí, en todo caso, algo en términos moralistas y de auto-flagelación culpabilizadora), ya que la "comunicación efectiva" de un fenómeno social más se convierte en todo un desafío (reinterpretado y reducido a una denuncia moralista responsabilizadora, algo que nunca fue, y que no quería ser más que la descripción de un proceso colectivo más, del cual es imposible extraer "responsables directos").

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  10. Asimismo, esta mezcla de la política con la estructuración cultural de clase, y en concreto, con el desprecio estructural pequeño-burgués hacia las capas inferiores en términos culturales es "explosiva" ya que creo que son precisamente estas fracciones de dominantes-dominados los más propicios a utilizar la política como elemento de "pundonor y rédito simbólico" (coctel, por tanto, difícil de "digerir" y entender para quienes son sus receptores probables y potenciales).
    Como pequeña muestra es la posición central que ocupa la meritocracia en el discurso sociopolítico del momento, Podemos, gran parte de su crítica social se basa en ella y ella es la "caja negra" no criticada. (Ni siquiera las posiciones más radicales que defienden el sorteo ven a éste de forma absoluta, ya que "las inteligencias son las inteligencias" y "unxs son más competentes que otrxs")
    Adjunto un pequeño texto de un sociólogo que analizó esta la ideología meritocrática y quiso comprenderla y explicarla en términos sociales. Un saludo. Buen artículo compadre.
    http://sociologiageneral.sociales.uba.ar/files/2013/06/Pierre-Bourdieu-El-racismo-de-la-inteligencia.pdf

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  11. Hola, David. Este blog tuyo (si me permites el tuteo) me lo recomendó un compañero cubano, y tanto me quedé estupefacto por haber encontrado tan gran porcentaje (bueno, admitamos que ellas se midan cuantitativamente) de coincidencias entre tus posiciones y mías, que no paré hasta que lo leí casi por completo. Tu analisis de la situación en Ucrania, por ejemplo, me parece ser brillante, así como la entrada sobre los eternos perdedores y muchas más.
    En cuanto a este post, creo que tocaste una cuestión importantísima, aunque sea de una manera concisa. Es esta cuestión que me impide, digamos así, volverme comunista por entero, por mucho que esté seguro de la inminencia de un fin triste y catastrófico del orden vigente. “Impide” porque me quedan algunos preguntas, sin haber respondido las cuales a mí no me está clara del todo la viabilidad del proyecto comunista. Esta es la cuestión de la “comunización del poder”, que me parece mucho más difícil (si factible en principio) que la tarea de la socialización de medios de producción. Como nos lo demostró la experiencia de la URSS tardía, la socialización de éstos es fácilmente reversible sin la socialización progresiva del poder estatal (hasta que éste se transmute definitivamente en un tipo cualitativamente nuevo de relaciones sociales). Y ahí veo una contradicción con uno de los principios biológicos de la conducta del ser humano: el principio de supervivencia a través de la propagación de sus genes (“el gen egoísta” de Richard Dawkins etc.). En vez de acaparar y retener los recursos que les garanticen a sus descendientes un cierto nivel en la jerarquía social, el hombre en el poder tendrá que alienárselos a otros, compartirlos. Un pequieño porciento altruista de la sociedad quizás podría seguir tal modo vivendi et operandi (perdedor al nivel del individuo), los demás 95% - creo que nunca y nunca jamás. Y como ellos por sí mismos no lo podrán, debe formarse (no por sí mismo, por supuesto) un sistema que los hiciera actuar así (preferiblemente de una manera no coactiva, es decir, no coactiva exteriormente). Y cómo construir este sistema (sin inyecciones de oxitocina masivas diarias), yo apenas me lo puedo imaginar por ahora, desgraciadamente (“construir” no en el sentido de algo acabado, sino de algo sostenible en su desarrollo).
    Por eso la palabra llave “elitismo” es para mí una suerte de la “bombilla roja”. Observando, por ejemplo, las experiencias soviéticas (los idearios, las actitudes en su involución, entre ciertos intelectuales, funcionarios, incluso los campesinos de ayer), se puede casi físicamente percibir cómo esta bombilla se fue encendiendo cada vez más, ora aquí, ora allá, señalando la propagación de este virus elitista. De paso, al leer las peripecias de Harry Potter, yo personalmente veo la misma “bombilla”, por muy inocentes y inocuas que puedan parecer todas estas bellas letras.
    No fue casual que una de las ofensivas ideológicas de la prensa perestroiko “soviética” se apuntaba contra la frase famosa de Lenin sobre las cocineras administrando el Estado (tergiversada como siempre). En original, la actitud de Lenin fue así:
    “No somos utopistas. Sabemos que cualquier peón y cualquier cocinera son incapaces de asumir ahora mismo la gobernación del Estado. En eso estamos de acuerdo con los democonstitucionalistas, con Breshkóvskaya y con Tsereteli. Pero nos diferenciamos de estos cuidadanos en que exigimos romper sin demora con el prejuicio de que sólo los ricos o funcionarios procedentes de familias ricas pueden gobernar el Estado, efectuar el trabajo cotidiano de administración. Nosotros exigimos que el aprendizaje de la administración del Estado corra a cargo de obreros y soldados conscientes y que se emprenda sin demora, es decir, que se empieze inmediatamente a hacer participar en este aprendizaje a todos los trabajadores, a toda la población pobre. […]
    [continúa]

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  12. [continuación]
    Hoy por hoy, lo más importante es acabar con el prejuicio intelectual burgués de que sólo pueden gobernar el Estado funcionarios especiales, que, a consecuencia de su posición social, dependen por entero del capital.” [Hay que mencionar que las palabras “cuidadanos”, “procedentes” y “intelectual” en la traducción al español de esta cita no completamente transmiten los matices del original ruso. Especialmente en el caso de “intelectual”, lo que está en la misma fila con las palabras de Lenin en su carta a Gorki del 15 de septiembre de 1919, donde llamó a “esos intelectualicitos, los lacayos del capital que se creen el celebro de la nacion” no el cerebro sino la mier..da.]
    La frase de Lenin sobre las cocineras se deja entender completamente sólo en el contexto histórico ruso de aquel entonces. Es que en 1887 fue iniciada por el ministro de la instrucción del pueblo I.Delyanov y después abrobada por el zar el decreto sobre la reducción de la instrucción escolar, las restricciones para los representantes de los estamentos bajos etc., más conocido como “el decreto sobre los hijos de cocineras”. En su informe el ministro de la instrucción del pueblo (sic!) escribió, por ejemplo: “...esperamos que [debido a estas recortes] el número de alumnos en los gimnasios y progimnasios se reduzca considerablemente, lo que es especialmente importante porque la mala orientación de los estudiantes depende no de la cantidad de gimnasios y progimnasios sino de la calidad de los alumnos”.
    Dicho sea de paso, este discurso elitista sobre la calidad del ganado, perdón, de los alumnos se la puede oír hoy en día de los funcionarios de la instrucción “pública” a cada trique, pero dejemos el tema de la elitización, por un lado, y bolognización (tanto de “Bologna” como de “bolo”), por otro, de la instrucción para otra vez.
    En mi opinión, hay una diferencia de principio entre los conceptos de la vanguardia y la élite. Mientras que la primera va delante y no se segrega de los dirigidos, la segunda está por encima o detrás del rebaño con un látigo, en todo caso está fuera de éste y no se mezcla con “Untermenschen” (infrahumanos).
    No se trata de fingir que todos son iguales etc., aprovechándose del populismo y coquetería baratos. Claro que entre “los cocineros” hay muchos cuyo desarrollo mental (en ciertos aspectos) puede matar cualquier deseo de cooperar con ellos. Pero aquí hay dos alternativas: embrutecerlos más aún, o ayudarles a salir de ese pantano. Y la segunda opción no se compagina de ningún modo con aprensión, asco, arrogancia, desdén etc.
    Para mí un izquierdista con actitudes elitistas es peor que un ultrafascista. Este al menos no se disfraza, mientras que para áquel, al fin de cuentas, no le importa la ropa ideológica de que ataviarse, ahora está de la izquierda, mañana será de la ultraderecha, lo principal es pertenecer a un círculo exclusivo, y como no le dejan pasar a la “élite” gobernante, se conforma coyunturalmente con una “élite” parlanchín.
    [continúa]

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  13. [continuación]
    Me parece, David, que la palabra “clasismo” en el titular te salió muy acertada. Se trata precisamente de las clases, como “grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social” etc. ¿Y quién dijo que la producción simbólica, de los sentidos (así como de los sinsentidos) no es la parte de la producción social, que los intelectuales no participan en la organización social del trabajo y no perciben la parte de la riqueza social? Aquí debemos recordar todas esas cosas que decía Marx y otros sobre la superación imprescindible de la división entre el trabajo físico y el intelectual (material y mental), de la separación entre la ciudad y el campo etc.
    Y punteando una cosa más en mi discurso algo caótico: el elitismo como un germen, un requisito del fascismo, no el único y suficiente, pero necesario y intrínseco (por la parte subjetiva, digamos así). Creo que por algo será que todos esos Mosca, Pareto, Michels y sus seguidores menos talentosos acabaron apoyando el fascismo. Y lo harán siempre, porque para ellos en el brebaje ya sea fascista, neoliberalista o cualquier otro la parte más gustosa es segregación.
    Saludos desde Rusia
    Sergio

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  14. En el mundo hay de todo. Estupidos "de izquierdas" los hay. Y de derechas mas. ¿Por que no emplazas tus baterias, para combatir a la derecha?, guapo.
    Si el pueblo es el champiñon, y la derecha la bota que lo pisa. ¿Hacia donde debemos gastar nuestras energias?.

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  15. En cuanto a la canción de Hasel que citas al principio, creo que no iban por ahí los tiros, sino por el hecho de que la 2ª República hizo enormes esfuerzos por ilustrar y culturizar a las clases bajas (colaborando con gran parte de la intelectualidad de la época, incluyendo a Manuel de Falla y Federico García Lorca, entre otros), así como por conseguir que cada localidad contase con al menos una escuela. Es muy seguro que, de haber ganado la república, esos esfuerzos educativos habrían continuado a partir de 1945, con lo que las clases bajas estarían mucho más ilustradas y mucho mejor preparadas de lo que están ahora. Tal vez incluso el "clasismo" sea el inverso, una crítica hacia la pésima calidad de la educación que pueden recibir las clases trabajadoras hoy día, y el hecho de que no se estimule y fomente el estudio.

    Lo de los canis y las chonis, depende de cómo y quién lo diga, yo siempre los he visto como "fracasos" del sistema educativo en el sentido en que éste ha sido para ellos una guardería entre los 6 y los 16 años. La verdad, conozco gente de clases bajas que, pese a que el sistema educativo deja mucho que desear, tienen mayor cultura, y esos son los obreros que deberíamos aspirar a formar.

    El tema de los canis y chonis, si bien empleado por la derecha con tintes clasistas, debe hacernos pensar acerca de cómo queremos que estén de instruidas y educadas las clases trabajadoras, y, en ese aspecto, debemos recordar los esfuerzos que hicieron V.I. Lenin, I. Stalin y L. Trotsky por dotar a la URSS de un buen sistema educativo allá en los años 20 (si no mal recuerdo el último de los tres daba clases a campesinos para culturizarlos antes y durante la revolución) o los esfuerzos igualmente notorios por parte de los dos gobiernos Azaña con el apoyo de gran parte de los intelectuales, sobre todo los de la institución libre de enseñanza. Estamos con la clase trabajadora, sí, pero podemos y debemos aspirar a tener una clase trabajadora culta y formada, como primer paso para que adquiera conciencia de clase y conciencia social.

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  16. Interesante articulo y no menos interesante el debate que ha suscitado. Yo siempre me quedare con la frase del fundador del Partido Socialista Obrero Español, Pablo Iglesias: "El buen socialista siempre sera el que es compresivo con los obreros mas atrasados y sera un buen socialista siendo paciente en la enseñanza con ellos" mas o menos.
    Creo en tres pilares básicos del buen revolucionario abnegacion, honestidad y sobre todo humildad bien entendida

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