jueves, 21 de agosto de 2014

Ni de izquierdas ni de derechas

Existe una verdadera obsesión en los círculos de izquierdas por mantener cierto lenguaje y cierta simbología. Imaginen hasta qué punto esto es así que los comunistas siguen exhibiendo la hoz y el martillo, un ícono que no representa absolutamente a nadie hoy en día. Se trata de un intento bastante ridículo (a ojos de quienes vemos a la izquierda "desde fuera") por mantener cierta pureza.

Tal obsesión abarca, por supuesto, la idea de definirse como de izquierdas. El lema de Izquierda Unida hace unos años, cuando estaba comandada por Llamazares, era sencillamente "+ izquierda". Se trataba de una referencia al PSOE. Izquierda Unida quería decir básicamente "oye, votadnos a nosotros, que somos más de izquierdas que los otros". Lo que quienes idearon esta campaña no sabían es que a la gente en general le importa una mierda que seas más de izquierdas. Tú no te vas a ganar a nadie diciendo que eres muy de izquierdas. Te podrás ganar a los estudiantes de clase media exaltados, pero ya. Alguno no se ha enterado y parece ir diciendo por ahí "ey. que soy la extrema izquierda, que soy comunista, que soy rojo rojo, rojísimo vamos". Pues muy bien por ti, pensará la gente, pero es que nos da igual.
Pablo Iglesias explicó esto hace no demasiado en una excelente conferencia ante la UJCE utilizando el ejemplo de Cañamero y Gordillo. Ambos se habían ganado cierto respeto (y también muchos ataques) por expropiar comida de un Mercadona para dársela a los que no tienen nada. Iglesias dijo que a la gente no le caía bien Gordillo por ser de izquierdas, sino por ser honrado. Porque lo importante en los liderazgos políticos es dar soluciones y ofrecer confianza, no ser "+ izquierda". Julio Anguita una vez llevó esto muy lejos diciendo que prefería votar al honrado de extrema derecha antes que al corrupto de izquierdas.

Otro punto malo para quienes insisten en definirse como 'de izquierdas' es que necesariamente no vas a caerle bien a quienes no se identifican con la izquierda. Esto es, a la mitad de la población (aproximadamente) no le vas a gustar. A uno porque en su casa siempre han sido de derechas, a otro porque asocia a la izquierda a las dictaduras comunistas, a otro porque para él la izquierda es el PSOE, a otro porque a su bisabuelo le mataron en Paracuellos y a otro simplemente porque le parece un coñazo hablar de izquierdas y derechas. De algún modo, si te defines como izquierdista asumes que no vas a representar al pueblo en su totalidad, sino sólo a una parte de este (una parte que encima suele estar dominada por la pequeña burguesía). 

Por eso los comunistas nunca nos hemos definido como de izquierdas, y no apuntamos a la dicotomía izquierda-derecha sino al conflicto pueblo/élites o clases oprimidas/clases opresoras. No encontrarás en ningún texto de Lenin, Marx, Trotski, Stalin, Fidel Castro, el Che o Mao que estos se autodefinan como "de izquierdas" o que centren sus ataques en la derecha.

Pero claro, quienes no ven esto desde fuera sino desde dentro (los militantes de la extrema izquierda), no pueden entenderlo. Porque ellos siempre se definen de izquierdas y llevan hoces y martillos y a todos les parece bien. Y se creen que es que la gente en general es así. No son conscientes de que, muy a mi pesar, desde fuera eso se ve ridículo. Échenle la culpa a la "propaganda capitalista", a la ideología dominante o a lo que sea, pero el caso es que es así.
Hay símbolos que están perdidos. Hay palabras que ya de por sí te hacen perder. Hay que ser atractivos, no aferrarnos al pasado. Podemos pasarnos los siguientes siglos diciéndole a la gente que nos voten porque somos de izquierdas (y seguir perdiendo) o podemos decirles que nos voten porque somos pueblo, porque somos ellos y ellos son nosotros (y poder ganar).

La izquierda occidental jamás ha ganado unas elecciones. Han ganado los socialdemócratas y, recientemente, los social-liberales. Pero la extrema izquierda (los comunistas principalmente) no. Tuvimos nuestro minuto de gloria en la posguerra por el prestigio de la URSS en la lucha contra el nazismo, pero ya está. Siempre que hemos alcanzado el poder ha sido por la fuerza de las armas (porque no podía ser de otro modo, no por voluntad propia). Si admitimos (y así lo hacemos prácticamente todos) que la conquista del poder pasa principalmente por la victoria electoral (acompañada de la creación de órganos de poder popular y de movilizaciones constantes), entonces debemos revisar nuestras estrategias simbólicas y discursivas.

Por suerte este es un debate cada vez más presente en el seno de la izquierda transformadora. Para mi sorpresa y alegría, hace poco el PCE emitía un comunicado en el cual hablaba de la actual "oportunidad para construir la respuesta que se necesita en estos momentos desde la máxima unidad ciudadana, superando incluso el ámbito de la izquierda política". Cada vez son más los militantes que tienen claro que el momento político excepcional que atravesamos ("el momento comunista", dijo Iglesias en la conferencia anteriormente citada) exige dejar de ser izquierda para ser pueblo. Esto es, dejar de dividir el mapa político en izquierdas y derechas y comenzar a dividirlo entre los de arriba y los de abajo. Dejar atrás la simbología que no sirva para ganar y adoptar otra nueva, sin dogmas ni tonterías.

Y todo esto hay que hacerlo para ganar, pero también porque es la verdad. Porque el conflicto principal en nuestras sociedades no se da entre ideologías políticas sino entre grupos sociales (llámenlo proletariado contra burguesía, ciudadanía contra casta, gente contra élites o cómo prefieran), por mucho que al poder real le moleste que nos vayamos dando cuenta de ello.

7 comentarios:

  1. Yo creo que tiene sentido seguir hablando de izquierdas y derechas, porque uno puede ser proletario (o "del pueblo" o de "los de abajo"...) y ser un facha y apoyar los intereses de la clase que te explota, por ignorancia o por falta de conciencia de clase. La situación "topológica" que uno ocupe en la sociedad no tiene que ver con la ideología que uno defienda con sus palabras y con sus actos.

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  2. Creo que no se debe perder la dialéctica izquierda-derecha por que es materialista, otra cosa es la retorica izquierda-derecha que es a la que los medios de comunicación y ciertos partidos tanto históricos como de reciente creación nos tienen acostumbrados.

    Este problema no es nuevo ya despues de la debacle del PCE en el año 82 los modernos plantearon las mismas cuestiones que ahora se vuelven a imponer a través de los medios de comunicación. Yo no creo que sea tanto cosa del lenguaje pues en el siglo XIX la mayoría de los obreros no sabían leer ni escribir y las ideas y aun así las ideas y los conceptos fueron ampliamente difundidos y asimilados.
    Yo no creo que sea tanto cuestión de conceptos sino de la distorsión que al final sufren los mismos sobre todo por que la retorica, es eso retorica, y al sistema capitalista todo lo que sea no denunciar su sistema de clase y su carácter explotador le viene bien.
    Esta discusión tambien la plantea los que dicen que da igual la bandera roja gualda que la tricolor, si al final se cumplen los mismos objetivos. Los que dicen estas cosas solo intentan arrogarse las causas justas y hacérselas suyas para ostentar la representación de la mayoría de los ciudadanos, apartando estos de sus propios intereses como clase obrera, haciendo olvidar el sentido obrero que la República Española paso a la historia de luchas internacionalistas.

    En definitiva los símbolos y el lenguaje no son el todo, pero si una parte importante de lo que representa la lucha por la emancipación de la clase trabajadora. El quid de la cuestión es saber cuando se renuncia a la dialéctica por la retorica.
    En estos momentos de estancamiento lo que estamos presenciado una vez es el malestar o la indignación de la clase media baja o de la pequeña burguesía que ve como sus derechos y en muchas ocasiones sus privilegios se han visto drásticamente reducidos, y en vez de tomar conciencia de clase se organizan en sus propios movimientos políticos para reclamar volver a la antigua situación que tenían. Haber que hay de lo mio. Estos planteamientos, estos discursos que hablan en abstracto para nada intenta ligar su causa a la de la clase obrera, sino que quieren arrastrarla en su propio provecho, sin tener en cuenta las propias necesidades de los obreros. Y eso sabemos como acaba en socialdemocracia o en algo mucho peor, en fascismo, con lo cual el capitalismo no pierde nunca. Aunque reconozco que es mejor un gobierno socialdemócrata que una dictadura fascista.
    Lenin ya lo decía que la lucha de clases tambien se reproduce en el seno de los movimientos sindicales y partidos obreros y que tenían que ser los propios obreros los que dirigieran la organización ya que a estos su instinto de clase no les hacia cambiar el curso, no como los intelectuales que se pierden en regates ideológicos y al final se caen de la revolución.

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  3. Juan Carlos Monedero aclara a los amigos de Xixón lo que pretende PODEMOS, es un vídeo imprescindible, largo pero intenso y con preguntas del respetable, lo recomiendo para aquellos que estén interesados en la nueva política y la necesidad de un periodo constituyente.
    https://www.youtube.com/watch?v=_Dih3lJ3GI8

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  4. La dicótomia izquierda-derecha es valida al nivel conceptual, pero no en el nivel operativo. Esto se puede comprobar fácilmente en la practica diaria: verborrea del PSOE sobre la „lucha contra la derecha“, „que viene la derecha“, „nosotros somos el partido de la verdadera izquierda“, lo mismo puede decirse del PSF. Ante esta situación, los comunistas, y todos aquellos que desean construir una sociedad justa y libre, debemos insistir más en el significado que en el significante: contra la corrupción, por los derechos y libertades civiles, derecho a una vida digna para todos etc.

    En las luchas y confrontaciones diarias es necesario insistir en la Unidad Popular, y dejar de utilizar el sinsentido de „unidad de la izquierda“

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  5. Esta entrada me ha gustado mucho más. El que vende la izquierda vende un producto. La izquierda más votada será la que renuncie a la simbología y contenga a "obreros de derechas", "ricos progre-snobs", "feministas", "utópicos".... y por qué no "machistas", "racistas", o gente que se cague en los pobres o los enfermos. Cada uno tiene su motivo para votar a equis partido. Poniendo el ejemplo de IU, a Julio Anguita le votaba gente de todos los tipos ideológicos, sin importar nada más. Pablo Iglesias, con todas sus diferencias, quiere crear esa cultura, pero siendo tan de izquierdas es como hacer malabares. Quizá mi opinión parezca descreída pero creo que es el camino. Saludos.

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  6. La dicotomía derechas/izquierdas es una determinación política interna de la propia modernidad, que no son términos ideológicos, sino conceptos estratégicos y tácticos y referidos a sectores sociológicos siempre cambiantes según el contexto histórico. Es simplemente un lenguaje político.

    Por ejemplo, durante la Revolución Francesa la palabra “izquierda” designaba el liberalismo emergente, el nacionalismo, el capitalismo, y “derecha” el legitimismo monárquico del Antiguo Régimen. En cambio, con el transcurso de la historia, el liberalismo y en gran parte el nacionalismo ha pasado de la izquierda a la derecha mientras que contenido “ideológico” no ha variado.

    En realidad no hay ideologías “de izquierdas”, sino ideologías (comunismo, anarquismo, socialismo, socialdemocracia, progresismo, liberalismo en su momento) que ocupan el espacio de la izquierda. Por eso, en política se suele utilizar las palabras tal como las entiende la mayoría del electorado. y, en este caso, en la jerga de un sector de los ciudadanos perjudicados por la política neoliberal-derechista, el término izquierda significa “aquéllo que favorece a los trabajadores”. Mientras que en la mente de un determinado sector de la derecha, sobre todo extrema, Y “izquierda” equivale a aborto, divorcio, promiscuidad, homosexualidad, ateísmo, dictaduras comunistas, etcétera; en suma, a “pecado”. Pero si se le pregunta a un obrero, a menos que sea católico (que haberlos, haylos), “izquierda” nada tiene que ver con lo que anida en la mente del integrista derechista reaccionario.

    En este contexto, se suele citar con frecuencia la famosa frase de Ortega y Gasset: “Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la Hemiplejía moral”. Sin embargo, lo que pretende Ortega no es negar la existencia de una izquierda y una derecha políticas, sino, precisamente afirmar que los criterios derecha/izquierda, que son estratégicos y tácticos, y mostrar su oposición a que sean extrapolados al plano del pensamiento o la filosofía sin mediación alguna.

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  7. "Yo soy mas comunista que tú" https://www.youtube.com/watch?v=nU5eRUWF-gA

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