domingo, 18 de mayo de 2014

El lumpenproletariado

Caracterización del lumpenproletariado en una serie española
Definir al lumpenproletariado no es tarea fácil. Este término se suele utilizar de forma humorística o en análisis sociológicos de clase, pero su significado no está demasiado claro. Por ello me tomaré la libertad de inventarme una nueva definición. 
Aquí utilizamos el término lumpenproletariado con referencia a una clase social que tiene cuatro características fundamentales: 
  1. Vive en la extrema pobreza, siendo la capa más misera de la sociedad.
  2. Vive totalmente marginada de la sociedad.
  3. Está apartada de los medios de producción y por tanto no aporta nada a la sociedad
  4. Sus medios de subsistencia y su forma de vida están muy mal vistos por la sociedad en general.
Estas cuatro características se influencian entre ellas y pueden darse en mayor o menor medida. Es realmente difícil decir quién y quién no es lumpenproletario, dada la pluralidad de condiciones que exige la pertenencia a esta clase social.

¿Qué diferencias existen entre el lumpenproletariado y los trabajadores? Primero que el lumpen está fuera del proceso productivo, a diferencia de los trabajadores. Ya aquí tenemos los primeros problemas a la hora de estudiar esta diferencia: ¿una ama de casa está fuera del proceso productivo? ¿y un traficante de drogas? ¿y un parado? Entendemos proceso productivo de forma amplia, abarcando todo aquello que sirve para que el capitalismo funcione. Por tanto incluiríamos a las amas de casa, cuyo papel es fundamental para el sistema. Un traficante de drogas también está inmerso en el proceso productivo (distribuye la producción de drogas), pero podrá ser calificado de lumpen si vive en la extrema pobreza y sin duda sus medios de subsistencia están mal vistos. En cuanto a los parados, parece que su pertenencia o no al lumpen dependerá de su nivel económico y de su marginación (que se deriva esencialmente de la duración de la inactividad laboral)

Otra diferencia es la falta de orgullo de clase del lumpenproletariado, que pese a que a veces se junta y crea sistemas de solidaridad tiene una incapacidad para ser consciente de sí mismo y para sentir orgullo por sus condiciones de vida (lo cual no es de extrañar en absoluto).

A diferencia de los trabajadores, los lumpen tienen una imposibilidad de adquirir conciencia de clase y por tanto de organizarse en defensa de sus propios intereses básicamente porque el lumpen no tiene intereses generales.

Finalmente, los lumpen viven en condiciones de vida infrahumanas. Los trabajadores también pasan penurias, sin lugar a duda (especialmente en el tercer mundo), pero no su situación no llega a los brutales límites del lumpenproletariado. Imaginen no tener casa, ni ambiciones, ni prácticamente motivos por los que seguir viviendo. A consecuencia de esta vida tan misera es común ver al lumpenproletariado consumiendo todo tipo de sustancias (a poder ser baratas) que le evadan de la realidad y atenúen su sufrimiento, siendo la principal el alcohol. 

Demonización del lumpenproletariado
Le pido al lector que haga un ejercicio de imaginación. A continuación voy a poner una cita sobre el lumpenproletariado, y te pido que te preguntes sobre quién o qué tipo de persona pudo haberla escrito:
“El lumpenproletariado, esta escoria de los elementos depravados de todas las clases que planta sus reales en las grandes ciudades, es el peor de todos los aliados posibles. Esta chusma es absolutamente venal y absolutamente desvergonzada. Si los trabajadores franceses, en toda revolución, escribían en las casas Mort aux voleurs!, `["¡Muerte a los ladrones!"], e incluso fusilaron a algunos, no lo hicieron por entusiasmo hacia la propiedad, sino porque acertadamente consideraron necesario mantener esa cuadrilla a raya. Todo líder de los trabajadores que usa a estos sinvergüenzas como guardias o se confía a su apoyo se demuestra por esta misma acción un traidor al movimiento.”
Podría ser de un grupo de extrema derecha, o de algún ricachón asustado por los maleantes. Pero no, resulta que es de uno de los padres del comunismo: Engels. Esto nos demuestra hasta qué punto el odio hacia el lumpenproletariado es transversal, o sea, que está presente por todo el espectro político (en la izquierda, en la derecha, entre nazis, entre marxistas...)

La demonización contra el lumpenproletariado es una rutina. Se escuchan comentarios contra mendigos, prostitutas de capas bajas o yonkis de forma continua. Es algo cotidiano. Todos estos ataques serían rápidamente condenados y censurados si se refiriesen a las mujeres, los negros o los judíos, pero no ocurre lo mismo cuando hablamos de lo más bajo de nuestra sociedad.

Caracterización del lumpen (izquierda) en la serie española Aída
En el cine y las series españolas tenemos ejemplos de sobra. Vean por ejemplo a Barajas (el de arriba), ese lumpen de la serie Aída que de jóven era yonki y "se quedó tonto". Habla de forma estúpida, tiene ideas absurdas y no sabe comportarse. Todo esto provoca la risa del espectador. También en la serie La Que Se Avecina aparece una lumpen, 'La Chusa', que apenas sabe hablar, es drogadicta y muy agresiva. En ambos casos los lumpenproletarios tienen compañeros de clase algo más alta (en el caso de Barajas, el Luisma y en el caso de La Chusa, Coque) que son algo más responsables y más educados que ellos.

Exterminio del lumpenproletariado
Hemos oído proclamas por la exterminación de los judíos, de los eslavos, de los comunistas y de los negros. Pero el lector se extrañará al enterarse de que las ideologías más extremistas, como el nazismo o de forma general el fascismo, también sienten deseos de acabar con el lumpenproletariado. Estas ideologías, que sienten verdadero amor por la fuerza, el orden y la contribución a la sociedad sienten verdadero odio contra los lumpen (que ni son fuertes, ni fomentan el orden ni aportan nada a la sociedad). Les ven como parásitos que no deberían existir y no dudan en aplastarles como quien aplasta a un bicho.

Precisamente mientras escribo esto leo que en Colombia un grupo de neonazis ha quemado vivo a un mendigo y a sus mascotas. No es un caso aislado: si el lector busca noticias de grupos fascistas que apalean o queman mendigos encontrará unas cuantas. Esto no es sólo un valor de los nazis, sino que también es un pasatiempo de algunos jóvenes borrachos (que les pegan, se burlan de ellos o les mean encima).

Instrumentalización del lumpenproletariado
El lumpenproletariado es fácil de instrumentalizar, sobretodo por aquellos actores políticos que les recompensen con dinero o que sepan emitir propaganda sencilla que fomente el odio y la rabia. En general los lumpen se han puesto siempre del lado de los poderes económicos en la lucha de clases abierta. Sin ir más lejos, fueron un par de lumpen quienes intentaron matar al dirigente comunista José Díaz y que efectivamente asesinaron a su madre de un tiro en la nuca.

4 comentarios:

  1. Una definición muy parecida a los sin techo de larga duración que han perdido conexión con la red social que les permitía, por ejemplo, encontrar trabajo, amigos, etc.

    Un dato interesante del INE (http://www.ine.es/prensa/np761.pdf) es que el 80% de los sin techo son hombres. Por alguna razón el actual sistema alimenta la cantidad de posibles lumpens usando mayormente hombres. ¿Alguna idea de por qué?

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  2. Creo que esta clase debería eliminarse. No me entendáis mal. No quiero que mueran los que pertenecen al lumpen, sino que dejen de tener estas condiciones de vida, que dejen de ser lumpen. Es importante hacer que sus condiciones económicas mejoren, al igual que sus capacidades. Para eso hacen falta colegios, viviendas y comedores sociales (en un primer momento). Por lo pronto ganaría toda la sociedad, ¿no creéis?

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  3. Yo tenia entendió que la definición clásica marxista la palabra lumpenprloetariado hacia referencia a los trabajadores que no tienen conciencia de clase trabajadora y ataca a sus mismos compañeros de clase que si la posee, bien por ser sindicalistas o pertenecientes a partidos de izquierda. Yo creo que mas bien se refiere a los que siendo trabajadores y pobres arremeten contra los de su propia clase pagados con el dinero del capital pues estos últimos acaban formando parte de organizaciones fascistas. Este es el caso de Ucrania donde Sbodan y el sector derecho que esta lleno de delincuentes comunes pagados generosamente con dinero occidental entran en los parámetros que el marxismo define como tal.
    El marxismo no se refiere a los mendigos, ni a las prostitutas, ni en general a que ellas personas desclasadas que no tienen medios de subsistencia.

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